Vicen Montserrat

Nací en Montevideo, Uruguay, en 1969, en un contexto prerrevolucionario, dentro de una familia con extraordinaria riqueza humana y cultural, fruto de varias olas migratorias desde diversas regiones del sur de Europa y donde existía una síntesis de todo tipo de profesiones y pasiones, como anarquistas, editores, abogados, economistas, políticos, carniceros, carpinteros, artistas (poetas, pintores, músicos), sanadores, así como caminantes espirituales. Una tatarabuela indígena completa la fortaleza y amplitud que reconozco haber recibido de mi familia. Soy el mayor de mis hermanos y de todos mis primos, así como también lo fueron mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo, lo que me ha colocado siempre en un lugar muy particular del sistema familiar.

A mis tres años de edad, una patrulla paramilitar irrumpió en casa de madrugada y se llevó secuestrado a mi padre, que estuvo desaparecido tres meses, durante los cuales no supimos nada de él. Tras haber sido torturado durante ese período, lo hicieron «aparecer» y pudimos visitarlo, primero en el mismo cuartel donde lo habían torturado y luego en la cárcel llamada, cínicamente, Libertad. Todo un programa de hipocresía de un sistema que, para mi mirada, a pesar de mi corta edad, iba apareciendo en toda su transparencia y perversión.

En 1975 emigré con mi hermano, mi madre y mi familia materna a Barcelona, alternando mi niñez entre la ciudad condal y Bélgica, donde emigró mi padre. Todos los veranos disfrutamos de extraordinarias vacaciones familiares entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, así como de algunos viajes a Uruguay. Me nutrí en una familia revolucionaria, lo que me dio la claridad de que este mundo no anda bien y de que necesita ser transformado. En mi adolescencia comencé mi militancia, lo que llenó de sentido a mi vida, pues tenía la sensación de que estábamos viviendo un tipo de vidas y en una clase de mundo que no se corresponden con lo que somos.

Instalado en Barcelona, en 1993, 1995 y 2004 nacieron mis tres hijos varones y en 2021 nació mi primer nieto. Entre 1988 y 1993 estudié Historia y Filosofía en la UAB, y en 2008 me licencié en Historia en la UB. Desde 2002 vivo entre Montserrat y Barcelona, y ahora en La Floresta, en Sant Cugat del Vallés.

Desde 1992 ejerzo como editor de libros en grandes editoriales y en 2011 cocreamos una editorial propia, Ediciones Presencia, con mi compañero de camino Stephan François, donde puedo desplegar mi profesión como editor en su autenticidad, dando voz a tradiciones y obras que resuenan con lo que creo que necesita el mundo.

Con el tiempo y las vivencias me fui dando cuenta de cómo los revolucionarios, a pesar de disponer de una enorme conciencia social, histórica, económica y política que nos permite comprender qué es lo que anda mal en este mundo y qué necesita ser transformado, carecemos de otras herramientas imprescindibles si lo que queremos es cambiar el mundo en un sentido más humano y más vivo. Por eso empecé una búsqueda de otro tipo de recursos, como el tantra no dual y la bioenergética, que me ayudaron a comprender que la separación no se da sólo afuera sino también adentro, aprendiendo a transformarla en mí mismo y luego a compartirlo, como una forma de continuar profundizando y expandiéndolo. Siempre he pensado que el verdadero sentido de este viaje y de este aprendizaje no era sólo para mí, sino que lo hacía también por la vida y por la humanidad.

En la actualidad ejerzo de acompañante de procesos humanos en sesiones individuales pero sobre todo grupales. Para desempeñar esa tarea, en 2012 cofundamos el Centro Mayéutika con mis compañeros de camino Esther Ballber y Ferran Pascual. Desde 2020 gesté el área de No Dualidad Orgánica dentro del mismo centro para poder desplegar mi camino único, al tiempo que contribuyo al diálogo entre lo común y lo diferente con otras sensibilidades y tradiciones no duales a través del espacio integrador de Mayéutika.

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